La definición de un museo por parte del Consejo Internacional de Museos ICOM es: Un museo es una institución de carácter permanente y no lucrativo al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierta al público que exhibe, conserva, investiga, comunica y adquiere, con fines de estudio, educación y disfrute, la evidencia material de la gente y su medio ambiente. (a) La definición anterior deberá aplicarse sin limitación alguna derivada de la naturaleza de su forma de gobierno, su carácter territorial, estructura funcional o la orientación de las colecciones de la institución a que se refiera. (b) Además de las instituciones designadas como “museos” también califican las siguientes para los propósitos de esta definición: a. Sitios y monumentos naturales, arqueológicos y etnográficos, así como sitios y monumentos históricos de naturaleza museal que adquieran, conserven y comuniquen material de la gente y su medio; b. Instituciones que posean colecciones de o exhiban especimenes vivos de plantas y animales, como jardines botánicos y zoológicos, acuarios y vivarios; c. Centros de ciencia y planetarios; d. Galerías de arte no lucrativas; institutos de conservación y galerías de exhibición sostenidas permanentemente por librarías y centros de archivo; e. Reservas naturales; f. Organizaciones museales, ministerios, departamentos o agencias públicas internacionales, nacionales, regionales o locales que sean responsables de museos entendidos como en la definición dada en este artículo; g. Instituciones u organizaciones no lucrativas que lleven a cabo conservación, investigación, educación, capacitación y otras actividades relativas a museos y museología; h. Centros culturales y otras entidades que faciliten la preservación, continuación y gestión de recursos patrimoniales tangibles e intangibles (patrimonio vivo y actividad creativa digital) i. Tales otras instituciones que el Consejo Ejecutivo, previa consulta con el Comité Consultivo, considere poseedoras de algunas o todas las características de un museo o que apoye museos y personal profesional de museos mediante la investigación, educación y formación museológica. .museum El museo es un acto de comunicación que refleja el espectro diverso del acontecer de la vida actual, como la revalidación o enfrentamiento entre viejos y nuevos mitos, tradiciones y ritos. Estamos en la era que ha visto el surgimiento de otras formas de patrimonio intangible, cibernético y virtual, así como el encuentro con innovadores sistemas de trabajo y la incontenible generación de información.
Comunidades de sabios Para trabajar de una manera diferente se requiere de otro tipo de especialistas, de otros sabios. Esto es lo que ha puesto de manifiesto la revolución tecnológica y su repercusión en la divulgación de la ciencia y difusión del patrimonio, el beneficio de los proyectos y programas resultado de la interacción de diversas disciplinas y experiencias. Ahora, el museo tiene que cumplir con la misión de mostrar y ser parte de los procesos de la comunidad, por ello requiere la experiencia de trabajar en comunidad y abrir las puertas a una participación significativa con el entorno.
La museología, la ciencia de los museos, en su sentido más amplio se refiere al estudio de las actividades individuales o colectivas que tengan relación con la conservación, interpretación y comunicación del patrimonio, así como del contexto social en que se dio y se ha dado está relación.[1] Es propuesta de la museología crear intersecciones, propiciando el encuentro de los diversos especialistas con el gran público. El museo se convierte así en un laboratorio, que forma parte del tejido social. En esta coyuntura se encuentran los nuevos creadores, investigadores, curadores, artistas, ingeniosos cibernautas, desarrolladores Web, quienes, con originales fórmulas y formatos, crean y organizan espacios virtuales donde el patrimonio de la humanidad se encuentra en bits. Los bienes culturales existen en otro contexto, en diferentes tipos de museos que se muestran exponencialmente en Internet, al alcance de todo aquel que pueda acceder a la red. Estos usuarios, en una aproximación estadística, por ahora son un porcentaje poco representativo de la población mundial.[2]
Estado de trance: la ética. Consideremos entre otras cosas, que la tecnología facilita la transformación de productos culturales en bienes digitales que se pueden integrar al ciclo del desarrollo sustentable del museo. Sin embargo, se deben evaluar los pros y contras de la difusión masiva y/o comercial. Si es el caso, las instituciones tienen como reto crear y regular mecanismos para el uso comercial de las imágenes digitales que sean de su beneficio, o de la persona física o moral que corresponda, como comunidades indígenas, cooperativas, asociaciones no lucrativas, artesanos, artistas independientes por citar algunos casos, y es aquí en donde los museos deben pugnar para crear políticas y códigos deontológicos referentes a la propiedad intelectual y a los derechos de uso de imágenes.
Existe una compleja situación, moral y legal, en torno a la propiedad de la información producto de las nuevas tecnologías. Hay importantes iniciativas de algunas organizaciones e instituciones culturales que buscan enfrentar este reto. El problema se puede abordar desde diferentes aristas: protección electrónica, consignas legales, eficientes mecanismos de gestión, contratos para licencias y aranceles, entre otras posibilidades. Uno de los aspectos a resolver es el de las propias leyes y sistemas jurídicos vigentes que, en los diversos ámbitos legales, no contemplan (porque no están actualizados) o no alcanzan a contemplar, la reglamentación de medios tan novedosos que prácticamente se transforman de un día para otro. En algunos códigos existen disposiciones y recomendaciones generales, pero no específicas para las particularidades de cada caso. Y en medio de estas controversias se sitúan los museos y el patrimonio intangible en Internet. [3] La Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la UNESCO, presidida por Javier Pérez de Cuellar, señaló en 1996 que el interés por el patrimonio intangible de la humanidad subraya cuestiones de sentido y de orden ético. La Comisión consideró que las implicaciones económicas giran en torno a cuatro cuestiones que, para fines de este escrito, pueden contemplar también a los productos digitales:
Profecía (Texto condensado y actualizado de los artículos de la autora http://ciudadano-ciudadano.blogspot.com/2007_02_01_archive.html |
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