Dibujo visualización

Dibujo visualización

DIBUJÍSTICA: Trazar Delinear Visualizar Esquematizar

Dibujar es equivalente a pensar e imaginar.
Bruce Nauman

Imaginar, registrar, analizar, describir, organizar, asociar, discernir, comprender, argumentar y visualizar son praxis cognitivas que caracterizan y sustentan el universo proyectual.

La era del conocimiento es: ubicua y aquirúrgica, de paradigmas, instrumentos y lenguajes propios así mismo de muy lejana historia.

Plinio el Viejo, en su historia natural, refiere la bella leyenda helena de la génesis de las representaciones visivas bidimensionales y tetradimensionales.

La hija única del alfarero Butades de Sición, ha la promesa de amor del novel soldado que duerme sumergido en el aura del amor correspondido.

El magnanimo hogar de Butades ilumina y ampara a su hija, esa noche, ella velará el reposo de su audaz guerrero, ella lo contempla y acaricia para recordar y reconocer su apreciado porte en la ausencia, el resplandor tremante de las flamas los hace fulgurar como estatua de oro, la estancia es como un cáliz de paredes continuas teñidas de grana, el humo púrpura envuelve y proyecta las nítidas sombras de los claros perfiles de los hoy legendarios amantes.

Los ojos de ella brillan aún más, al descubrir su otro yo, la extensión de su ser, la efigie de su amante proyectada por la bruma rosa de la estancia, ella se levanta con la prudencia aprehendida a sus felinos, se aproxima a los rescoldos y toma un trozo de carbón, se dirige a la pared que atesora la sombra de su amado y como al acariciarlo imita sus contornos con el carbón, una y otra vez, repite el rito hasta la claridad del amanecer.

El destino se cumple, con la primera luz del día, él parte a la guerra; pasan los años y la figura yaciente dibujada en la pared es como un presagio.

El novel soldado ha muerto en batalla, ella yace al lado del dibujo del ahora fenecido, inanimada ella, se extingue día, a día.

Butades, en la desesperación extrema con su arcilla de alfarero y su mejor oficio rellena el dibujo poíklima del guerrero hasta completar la corporización del soldado caído, lo lleva al horno para devolverle el fuego vital propio y con él, el de su propia hija.

La efigie zográfema está erguida y parece viva, los ojos de su hija recobran el enorme brillo de la última gran noche de amor.

Ella alza sus brazos y cierra sus brillantes ojos para reunirse en un abrazo infinito con su añorado amado.

Butades repite el rito de su hija perigraphé y el de su propia invención apotypoma ahora son ya dos efigies zográfema ergidas en unión viva, que hacen hasta siempre, el templo del eterno amor, erosterio.

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Platón el iconoclasta en sus diálogos en el libro X La República, propone tomar un espejo kátoptron, girarlo y rotarlo en todos los vientos, inclinarlo y dirigirlo hacia arriba y hacia abajo, el ateniense nos dice que en un momento aparecerá la tierra, en otro tiempo y en otro ángulo tú mismo, en otra dirección otros seres, y en otro viento muebles o quizá plantas y seguramente todo lo que tiene nombre pero que de igual manera todo lo que aún está por nombrarse.
Espejo Enoptron artefacto de mímesis e iconografía que nos convierte en efímeros demiurgos.
Vana alucinación pues dentro, en el fondo del espejo no hay nada, lo que aparecía como lejano o cercano, grande o diminuto, obscuro o brillante solo fue fugaz ilusión.

Teofrasto Paracelso (1493 – 1541).
Paracelso el Helvético, describe el yo como el gran espejo kátoptron-énoptron del cosmos, condensa en sí todos los rayos que el mundo irradia, en el yo, se entrelazan en magna unidad viva y donde encuentran su centro común todas las fuerzas que parecen dispersas en el universo.

Publio Ovidio Naso de Sulmona.
Ovidio en su libro de las Metamorfosis ejerce sus facultades de hermeneuta y su vocación de poeta para obsequiarnos su bella y vasta obra de quince libros capítulos escritos a la manera clásica, de precisos y preciosos hexámetros.
El de Sulmona abre los significados de los mitos y las leyendas helenas, claro ejemplo es el mito de Narciso donde nos revela la naturaleza ensimismada del hijo del río Cefiso. Narciso heredó el temperamento torrencial de su padre; de su madre, la ninfa Lireópe, heredó la noble capacidad de asombro y la posibilidad de sublimarse en el éxtasis al contemplar las fuerzas vivientes.
Narciso, para quien la razón de la existencia consistía en el conocimiento de sí mismo, trata de desplazar el mundo exterior para desarrollar su vida interior, lo cual lo aisla y por lo cual, es tachado de indiferente y egocéntrico.
Narciso, hijo de la naturaleza y del amor a sus fuerzas vivientes, fue dueño de divinizada sensibilidad y conocedor de los milagros de la naturaleza fysis.
Narciso celebraba cada día el surgimiento del cielo del interior del río Cefiso, la azul altura expandiéndose en la profundidad del transparente fluído solar, contemplaba las aves como astros y a los astros como peces, acariciaba los follajes del bosque que estaban sumergidos en la claridad. También abrazaba sus raigambres alzadas a lo hondo, escuchaba cada día el eco de las lluvias en los limos, bebía cada día la luz del gran espejo kátoptron para purificar su alma.
Narciso sabía su pertenencia y decidió permanecer, no se enamoró de sí, de su imagen eikon, se enamoró de ser parte del cosmos, de estar en la imagen del todo, se enamoró de ser espejo eterno, se enamoró de la comunión, se enamoró de ser la semejanza.

San Juan Damasceno de Siria

Lo que es un libro para los que saben leer, es una imagen para los que no leen.

Lo que se enseña con palabras al oído, lo enseña una imagen a los ojos.

Las imágenes son el catecismo de los que no leen.

El santo sirio conoció imágenes sagradas que sanaban a los enfermos, salvaban a los que estaban en peligro mortal, y protegían a los virtuosos de los malvados; el concepto numen milagroso hieroícono se debe a su clara inteligencia y gran devoción, mas fortalecida por innumerables experiencias místicas.

Juan Damasceno abogó con todo su fervor por las imágenes surgidas milagrosamente, conocidas como acheropoietoi, imágenes que No fueron ejecutadas por manos humanas, milagros que se explican como impresión del original divino, razón por la cual se justifica y comprende el furor medieval por las reliquias.
Damasceno en su obra “Sermones” menciona tres paradigmas de acheropoietai, tres incontestables milagros:

La impresión del divino rostro en el velo de Verónica.
En el viacrusis, una bondadosa mujer ofrece su inmaculado velo al mártir agobiado y doliente; Jesucristo lo acepta, lleva el velo a su herido rostro para aliviar sus pesares, el Cristo hace una señal de
obsequio en el centro de su torturado pecho; la hermosa mujer aprieta el velo con todo su ser, como si así pudiera conjurar la injusticia; la noche obscura llega nueve veces al desconsuelo de la bondadosa mujer, nueve noches de pena y penumbra para que surja la nueva luz del rostro de Jesucristo impreso en el velo de la bondadosa verónica Venus.

El rey de Edesa encarga a un prestigiado hacedor de imágenes el retrato de Cristo, el iconografo se ve imposibilitado, no puede realizar su hacer a causa de la luminiscencia de intensidad insólita que irradia del lienzo destinado. Abrumado, el iconógrafo reza con todo el fervor posible durante diez y seis jornadas; del plenilunio surge Jesucristo, quien toma el luminante lienzo y lo convierte por un instante en el magno espejo que refleja su Divino Rostro. Cristo se hace sol y la imagen de su rostro queda impresa en el luminoso lienzo. Años después el ícono salvó de varias invasiones a la ciudad de Edesa.

La reliquia posteriormente atesorada en la catedral de Turín: El santo sudario es referida por San Juan Damasceno en el último capítulo de su obra “Sermones”: Antes de su resurrección el hijo de Dios es ungido con los santos óleos, aceites santos de sándalo y mirra cubren su sacrificada humanidad con un manto de algodón egipcio; al tercer día, Jesucristo está a la diestra de Dios padre, los cristianos azorados, conmovidos, recogen ritualmente el lumen del manto, Jesús está impreso en sus mentes y en sus almas y también esta impreso en el manto del Nilo que fue su mortaja.
Los iconoclastas sostuvieron la invalidez de las imágenes por su irrealidad.
Los iconódulos amaron la naturaleza mística de las imágenes, amaron la idealidad del icono, del imago.

El dibujo es la pulsión para visualizar objetos mentales y experiencias trascendentes, es expresión de intuiciones, es instrumento cognitivo, representación de conocimientos es la descripción de las ideas, es la interpretación y explicación de sentidos y significados.

Al dibujar se crean formas, dibujar es organizar escenarios y aconteceres, es indicar proporciones, direcciones, magnitudes, ubicación y carácteres.

Roberto Real de León

Glosario Platónico de la IMAGEN

ÁPOTYPOMA impresión o modelado en relieve que sigue un modelo

CHEIROÚRGEMA representación material (objeto elaborado manualmente)

DEIGMA lo que se muestra o exhibe, indicación o manifestación externa (ilustración).

DÉLOMA representación figurada, delóo, hacer ver y aparecer

DIÁGRAMMA: dibujo, básicamente trazado geométrico (mapa cartográfico)

DÉLOSIS, se aísla y se cierra o se completa un cuerpo en el espacio figurado.

DIAGRAPHÉ dibujo lineal, plano o esquema constructivo.

DIAZOGRAPHON: volumen puro que resulta de la armonía de figuras geométricas planas.

ÉNOPTRON: espejo dios es el mejor espejo de las cosas humanas.

EPIPOLÉ: superficie visible.

ÉRGON: efigie u obra de un escultor.

GLYPHÉ estatua cincelada

GRAPHÉ: descripción

HOMOÍOSIS: parecido exacto

HYPHÉGESIS: anotación o apunte, trazado de contornos,

HYPHÉ: entrelazado de lineas en el espacio.

KÁTOPRON:espejo

KHORÍON: superficie delimitada por un conjunto de lineas, como las figuras geométricas que Socrates trazó en el suelo para ilustrar a un esclavo el teorema de Pitágoras.

OPSIS: lo referente al campo visual todo lo relacionado con la vista en sentido objetivo y subjetivo contemplación o vislumbre de lo invisible.

PARÁDEIGMA: modelo, plano arquitectónico.

PERIGRAPHÉ: contorno, silueta, delineación, boceto.

PÍKILMA: dibujo, pintura

SCHÉMA: boceto, figura.

SKIÁ: sombra, sombreado

SPHARAGÍS: marca impresión dejada por un sello

ARÉTE: Eficacia Excelencia

POÉTICA: Creación, Sublimación

 

 

 

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