Buscarán que la red de acequias sea Patrimonio de la Humanidad

Buscarán que la red de acequias sea Patrimonio de la Humanidad
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Un proyecto aspira a crear la comisión en la Legislatura que deberá realizar el informe histórico, técnico y cultural para presentarlo ante miembros de la UNESCO con el fin de lograr la declaración.

Siempre se dijo que Mendoza podría ser el lugar del mundo con mayor cantidad de puentes. Es lógico, si se tiene en cuenta que posee una red de acequias que, por su historia, funcionamiento y características, debería ser declarada Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la UNESCO.

Ya hubo iniciativas para conseguir esta declaración, pero nunca una que volara tan alto como el proyecto del senador radical Sergio Bruni, que podría tratarse en la sesión del martes. En caso de aprobarse, luego de seguir el protocolo correspondiente, pondría a Mendoza y a sus acequias en una lista de sitios considerados Patrimonio de la Humanidad, que hasta el momento son 911 en 151 países.

A la vez, se sumaría a los ocho que ya tienen ese status en la Argentina: el primero en conseguirlo fue en 1981 el Parque Nacional los Glaciares, en Chubut, y el último, la jujeña Quebrada de Humahuaca, en 2003.

Un informe previo
El proyecto de Bruni busca crear en la Cámara Alta una comisión que deberá recolectar la información técnica, histórica y cultural sobre las acequias para luego solicitar al Comité Argentino de Patrimonio Mundial su inclusión en la Lista Indicativa de Bienes de la UNESCO.

“No es sencillo, sino un trámite engorroso: el informe que se presenta debe estar muy bien fundamentado, por eso es necesaria la comisión, más allá de que sea un requisito”, aclaró el legislador.

Esa comisión estará compuesta por un senador de cada bloque, pero se aspira a sumar al Departamento General de Irrigación, la Dirección de Hidráulica y los municipios, también a la Junta de Estudios Históricos, el Archivo General de la Provincia y las universidades de Mendoza. Igualmente, una vez que se tenga el informe, será necesario la declaración de esa red como de interés Patrimonial o Cultural en cada comuna y luego deberá hacerlo la Provincia.

Sobre cuál podría ser la recepción de su propuesta en el recinto, Bruni confía en que “los beneficios de esa declaración serán muchos y si se lograra, le otorgaría a la provincia un prestigio internacional a la altura de otros sitios destacados por la UNESCO. No habrá oposición. Al momento de votar, deberían preguntarse: ¿qué sería de Mendoza sin sus acequias?”.

Según su visión y la de expertos que ha consultado para su proyecto “no existe en el mundo una red de acequias que sea rural y urbana como la mendocina”. Los más parecidos que posee esta declaración son los canales de Venecia, “pero nuestras acequias surgieron con otros objetivos y cumplen otro papel”, afirmó.

Más allá de los beneficios simbólicos de una declaración como esta, Bruni enumeró que, como ocurre con otros sitios patrimoniales, se podrá acceder a fondos que otorga la UNESCO para preservar y promover los bienes declarados. “Eso servirá para la conservación y reparación de daños causados por el tiempo o la naturaleza. Si logramos esta jerarquía, el Estado provincial deberá comprometerse a realizar campañas para propiciar la cultura de cuidado de nuestras acequias: en unos puntos están cuidadas, pero en otros son simples depositarios de basura”, remató.

Ingenieros incaicos El origen de las acequias locales precede a los huarpes que habitaban la región antes de la fundación de Mendoza. Los españoles se encontraron con un sistema de regadío derivado del Río de Cuyo (Mendoza), que había sido trazado por ingenieros incaicos y que habrían mejorado el modo de cultivo de los huarpes.

Según el arquitecto Jorge Ponte, recién en los planos de 1566 aparecieron las primeras cuatro acequias principales (Allaime, Tabal, Guaimalle y Pucará) y muestra las bajadas aluvionales.

Ponte, que tiene un libro sobre este tema (De los Caciques del Agua a la Mendoza de las acequias), destaca que en la ciudad colonial, la distribución del agua para riego y consumo se realizó por medio de la misma red de canales. Estos se ramificaban en acequias que atravesaban las manzanas en el sentido de la pendiente.

En 1872 se reorganizó el trazado de las hijuelas y se las colocó junto a la calzada, lo que permitió plantar árboles más allá de las propiedades privadas. En 1876 se concretaron los primeros trabajos para a la provisión de agua potable: se hicieron las conexiones domiciliarias y se extendió la red de surtidores públicos.

Un rasgo muy importante de identidad local

Para aspirar a ser Patrimonio de la Humanidad, un sitio debe encuadrarse en diez criterios, pero con que cumpla uno podría presentarse ante la comisión de la UNESCO, que se reúne una vez al año.

Desde la perspectiva del senador Sergio Bruni, autor del proyecto que busca esa declaración, esta red que sólo en Gran Mendoza se extiende por más de 4.000km cumple al menos con tres criterios. “Es una obra de arte del genio creador humano, aporta un testimonio único o excepcional sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida y es un ejemplo de formas tradicionales de asentamiento humano o de la interacción del hombre con su entorno natural”, consideró.

En sintonía, Liliana Girini, doctora en Arquitectura y titular de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Provincia remarcó que las acequias constituyen un rasgo muy importante de la identidad local.

“Su uso viene desde tiempos prehispánicos, y luego fueron perfeccionadas y ampliadas en tiempos de la colonia -explicó-. A partir de la creación de la Ciudad Nueva en la segunda mitad del siglo XIX, el sistema, junto al arbolado público, definieron la fisonomía urbana de la Mendoza moderna. Esta creación colectiva, que tardó varios años en consolidarse, puso de manifiesto la voluntad de los mendocinos de querer transformar el desierto en un oasis”.

En términos prácticos, la experta apuntó que una declaración como la que se pretende “por un lado, aseguraría una protección efectiva ya que si no se cumple con los mecanismos de gestión adecuados para garantizar su conservación correríamos el riesgo de perder la declaratoria. Por el otro, impactaría directamente en el turismo: los extranjeros sienten fascinación por nuestro sistema de acequias y su historia”.

Añadió que la instancia de la UNESCO es el máximo reconocimiento que tendría esta red, “eso presupone que ha tenido otros reconocimientos previos, es decir a nivel municipal, provincial y nacional. Por lo tanto, tener una declaratoria de la Provincia significa que este sistema patrimonial quedaría amparado por la Ley de Patrimonio 6034 y su decreto reglamentario, y que la Dirección de Patrimonio Cultural deberá velar por su preservación”.

http://www.diariouno.com.ar/mendoza/Buscaran-que-la-red-de-acequias-sea-Patrimonio-de-la-Humanidad-20110313-0010.html

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