El Arte del Antiguo Egipto

El Arte del Antiguo Egipto

Fue utilizado por los faraones para reflejar todo su poder divino, de ahí su monumentalidad y grandiosidad tanto en obras arquitectónicas como escultóricas.

Siempre tuvo una función mágico-religiosa a través de símbolos y creencias y sigue un rígido código estético, que en ocasiones es difícil de interpretar hoy en día.

Como curiosidad añadir que recibiría pocas influencias externas de otros estilos por ser esta zona un territorio bastante aislado y condicionado por un medio natural, árido y desértico.

La estrecha relación entre arte y religión la encontramos sobre todo en las  imágenes que utilizaron en sus tumba.  No eran objetos decorativos com vemos ahora expuestas en los museos de todo el mundo, sino que realmente se hicieron para representar el espíritu del difunto y permitir la reencarnación de su alma (ka).

No son entendidas como obras de arte estáticas sino como imagen para la vida eterna.

MATERIALES

El Arte Egipcio utilizó principalmente la piedra y otros materiales duraderos como la obsidiana, el lapislázuli y metales preciosos. Estos materiales fueron usado en la estatuaria de faraones y dioses, algunas de enorme tamaño. Sin embargo, es frecuente encontrar materiales más sencillos como la arcilla cocida policromada para la representación de personajes fuera de la realeza como funcionarios y escribas. Suele utilizarse además en las escenas campesinas donde este tipo de materiales permitía un gran detallismo y naturalidad.

ESTÉTICA

Las formas artísticas buscaron siempre la belleza idealizada y mantuvieron el hieratismo, la ley de la frontalidad y la jerarquización (es decir, el personaje principal, como era el faraón, siempre se representa de mayor tamaño por simbolizando su posición social).

Existen dos tipos de talleres: los talleres oficiales de palacios y templos, y los talleres privados para clientes de la nobleza

TEMAS PRINCIPALES

Las obras se centran en dos temas principalmente: la autoridad política de los faraones y la religión.

A esto se añade el Ciclo de la Vida puesto que los egipcios creían en el principio de la Creación donde la presencia del Nilo marca la existencia humana mediante las crecidas anuales que permitían el resurgir de las cosechas y el renacer a la Vida.

También destaca el tema de la Muerte, siendo el ritual de enterramiento con el Juicio de Osiris uno de los más frecuentes en la representación de la pintura funeraria.

En cuanto a la religión, los egipcios eran politeístas y los dioses gobernaba cualquier aspecto de la vida recibiendo constantes ofrendas. La mayoría de estos dioses tuvieron atributos de animales como el chacal (Seth), el horus o el babuino (Thoth dios de la escritura) que podemos ver en numerosas esculturas y frescos.

En la mayoría de las ocasiones las figuras repiten los mismos gestos estilizados: la adoración (brazos extendidos hacia delante con las manos levantadas), la realización de ofrendas, la protección o incluso con gestos de luto (manos levantadas con las palmas hacia el frente) que podemos ver en escenas funerarias como las plañideras.

ARQUITECTURA

Uno de sus rasgos principales es la estrecha relación que tiene con la escultura y la pintura, cualquiera de los edificios egipcios son decorados con ambas disciplinas de forma profusa.

Es sobre todo una arquitectura monumental y adintelada (no conocen la bóveda ni el arco de medio punto) donde predomina la horizontalidad. Este rasgo es predominante en todas las etapas y lo diferencia de otros estilos como los de Oriente Próximo.

Entre los materiales destacan la piedra caliza, aunque en origen las primeras construcciones fueron de madera, adobe y el ladrillo. Estos materiales, menos nobles, siguieron utilizándose en la hogares de las clases bajas como los campesinos.

Los elementos principales fueron:

El muro exterior en forma de talud inclinado que tiene añade una terminación redondeada denominada «gola». Este tipo de muros se encuentra en los templos de toda la región y suele ir decorado con altos relieves.

La columna de gran tamaño y con capiteles vegetales. El estilo de estas columnas marca las distintas etapas artísticas. Por ejemplo, aquellas con fuste liso o acanaladas son propias del Imperio Antiguo y Nuevo.

Según el tipo de capiteles se denominan: estilo lotiforme (flor de loto con fuste fasciculado), estilo papiriforme (flor de papiro cerrado) , estilo campaniforme (flor de papiro abierto), estilo palmiforme (fuste liso y capitel en forma de palmera abierta).

En el Imperio Nuevo apareció además la columna hathórica cuando el capitel adquiere el rostro de la diosa Hathor, muy venerada por los egipcios, y ya en la época de los Ptolomeos adquieren formas más complejas compuestas por distintas flores.

TIPOS DE EDIFICACIONES

EL TEMPLO

A diferencia de otras arquitecturas religiosas, los templos egipcios no fueron lugar de reunión ni sacrificio. Era la morada de los dioses (santuario) donde los sacerdotes realizaban los cultos en absoluto secreto. El acceso estaba restringido en exclusiva a los sumos sacerdotes y a la familia real.

El plano de estos templos suelen tener distintas salas distribuidas en un eje longitudinal siguiendo un orden simétrico a ambos lados. Este modelo de patio-sala hipóstila y santuario no varia a lo largo de los siglos y además puede incluir la vivienda de los sacerdotes, los graneros, las casas de la vida así como los talleres de escribas.

Ordenadas desde el exterior, nos encontramos los siguientes espacios:

Avenida de esfinges o dromos:  marcan el camino principal hacia la entrada del templo donde aparecen normalmente las figuras de carneros de Amón con cuerpo de león a ambos lados.

Obelisco: Monolito apuntado terminado en forma de pirámide localizado al final de la avenida de esfinges. Se decora con relieves alusivos al la deidad del templo.

Pilono o muro de acceso con forma de talud rematado por una gola convexa.

Patio interior con columnas, único lugar donde era posible la reunión de los fieles

Sala hipóstila: suele tener gruesas columnas que sostienen un techo adintelado y curiosamente, el suelo está a una altura mayor que el patio que rodea. En ella se realizaban ritos y ceremonias importantes y su acceso estaba restringido a uno pocos.

Santuario, localizado al final de la construcción en ella se encuentra la estatua del dios. Es un espacio privado y sagrado donde solo tenía acceso el sumo sacerdote.

Es característico que las salas del templo vayan disminuyendo en altura a medida que nos acercamos al santuario, este efecto aumenta la sensación de oscuridad y misticismo.

A partir de la XVIII Dinastía hubo algunos cambios constructivos y algunos templos se hicieron exentos como los de Luxor o Karnak y otros excavados en la roca conocidos como speos del que destacaría el templo de Hatshepsut, la única reina faraón perteneciente a la XVIII Dinastía. La imagen más destacada de este templo es su impresionante rampa exterior.

LAS TUMBAS

Los primeros enterramientos que podemos clasificar como arte egipcio siguen la estructura de mastaba. Estos pequeños edificios tienen forma de pirámide truncada (su techo es plano), presentan muros en talud y en dentro de ellas se situaba una sala de ofrendas para el ajuar funerario y una sencilla cámara subterránea (serdab) para el difunto al que se accede por un pequeño pozo. Usaron ladrillo y más tarde sillares de piedra caliza para su construcción. Esta tipología adquiere su máximo esplendor durante la época Tinita (3100-2682 a.C) y el Imperio Medio (2682-2181 a.C).

Las mastaba suelen agruparse en lugares concretos formando necrópolis o ciudades de los muertos.

Posteriormente, la técnica arquitectónica se hizo más compleja y aparecen las primeras edificaciones en forma de pirámide durante el Imperio Antiguo (2686-2181 a,C). Cómo tal, podemos decir que la pirámide de Djoser en Sakkara pone las bases de este nuevo modelo al estar formada por 6 plataformas escalonadas en altura como una sucesión de mastabas.

Tras muchos ensayos, a veces fallidos, como ocurrió en la pirámide truncada en Dashur, los arquitectos egipcios consiguieron elevar la estructura (a veces por encima de los 140 metros de altura) y dar un perfil bien definido a los muros que se cubren con sillares de piedra caliza ajustados con precisión y orientados a los cuatro puntos cardinales. Las pirámides de Keops, Kefrén y Mikerinos en Gizeh (IVª Dinastía) son el ejemplo más notable de esta evolución técnica y símbolo del poder de los faraones.

Finalmente, durante el Imperio Medio se utilizaron otros modelos de enterramiento como los hipogeos (speos). Eran tumbas completamente excavadas en la roca a las que se accedía por rampas subterránea y divididas en varias salas profusamente decoradas con pinturas murales.

ESCULTURA EGIPCIA

La función de la escultura egipcia es sobre todo de carácter funerario y la mayoría de ellas han sido encontradas en templos y tumbas.

Es una escultura figurativa y suelen representar dioses y faraones,  aunque también encontramos imágenes de altos funcionarios y escribas e incluso escenas campesinas de gran vitalidad.

Los materiales utilizados fueron muy variados desde la madera y la arcilla (usado sobre todo para la representación de personas de menor rango social) hasta otros de gran dureza como el basalto y la diorita (reservado a la familia real y deidades).

Los rasgos de las figuras son estereotipados:  mantienen la simetría, el hieratismo (falta de expresividad) y no busca la representación realista del individuo sino su imagen idealizada. Las formas son rígidas y estáticas, manteniendo sobre todo la estructura del bloque (piernas y brazos pegados al cuerpo) donde predomine una visión frontal. Los faraones son representados como dioses, distantes y alejados del resto de los mortales.

Una excepción a estas normas fueron las llamadas esculturas populares de altos funcionarios y escribas, realizadas en madera o caliza policromada, y las escenas de la vida diaria que encontramos en pequeñas figurillas de terracota formando parte del ajuar funerario. En todas ellas encontramos mayor realismo y expresividad sobre todo en las escenas de campesinos, alfareros, panaderos representadas con gran detallismo y vitalidad muy alejadas de la solemnidad oficial.

PINTURA EGIPCIA

La pintura egipcia tiene una función plenamente decorativa (Sic) y se utilizó sobre todo en las tumbas y enterramientos.

La técnica es mixta combinando pintura mural al fresco y al temple, y se caracteriza por el uso de colores planos y líneas bien definidas. Siguen la perspectiva jerarquizada, al igual que en la escultura, y aplican una visión frontal y de perfil. Es una pintura plana y sin volumen.

La profundidad en las escenas se consigue de forma tosca a base de la superposición de niveles superpuestos para intentar crear la sensación de espacio, y en la mayoría de las ocasiones las escenas se disponen en bandas a lo largo del muro.

Paredes de mastabas e hipogeos se llenan de escenas sagradas y dioses pero también de la vida terrenal del difunto. Gracias a muchas de ellas conocemos cómo se realizaban las cosechas, la caza o la pesca en el Antiguo Egipto.

Destacar además que la pintura suele ir acompañada de textos jeroglíficos de carácter sagrado: plegarias, nombre de faraones y dioses, …

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